Según cuenta la
leyenda, el día 5 de Agosto de 1227 (otros historiadores apuntan la fecha de
1236, más probable) se apareció la Virgen de Linarejos al pastor Juan
Ximénez. Otra variante del relato identifica como protagonista de la
epifanía a un ermitaño. En principio fue trasladada a Ibros, de donde aquél
procedía, pero la imgen milagrosamente volvió al lugar donde se apareció. En
aquel lugar, hoy absorbido por la ciudad, el pueblo construyó la primera ermita
dedicada a la que es su Patrona desde 1783, cuando fue proclamada como tal por
el Obispo de Jaén, Don Agustín Rubín de Cebayos. En 1258 un temporal destruyó
la modesta edificación inicial, que tuvo que ser reconstruida y de paso
ampliada. En 1638 se acometió la demolición de la ermita para construir un
santuario de mayor envergadura, en consonancia con el fervor de los linarenses
para con su Patrona. Estas obras se prolongaron hasta 1666. Posteriormente se
acometieron algunas mejoras interiores y exteriores, así como de refuerzo. En
1717 se levantó la fachada principal y en 1720 se instaló el Camarín de la
Virgen en la Capilla Mayor. En 1942 se hizo cargo del Santuario la Orden
Franciscana. A partir de 1951 diversos problemas estructurales obligan a
trasladar la imagen, comenzando unas obras de remodelación que no culminarían
hasta 1973, año en que la Patrona vuelve a su Santuario.
La imagen de
Nuestra Señora de Linarejos es una talla de madera policromada realizada
por José Navas-Parejo Pérez en el año 1939. Fue solemnemente coronada el 11 de
Enero de 2004 en una celebración canónica, como Reina de todos los Linarenses,
con la participación de todas las cofradías del Arciprestazgo de Linares. La
Eucaristía fue celebrada por el Nuncio de su Santidad, Monseñor Monteiro y por
el Obispo de la Diócesis de Jaén, Santiago García Aracil.
SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE LINAREJOS
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