JUNTA DIRECTIVA DE LA COFRADÍA JUNTO A LA
IMAGEN DEL NAZARENO.
IMAGEN DEL NAZARENO.
FOTOGRAFIA DE FINALES DEL SIGLO XIX
NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO Y LINARES
El Nazareno y Linares suponen un complejo tándem de profundas raíces folclóricas, históricas y sociales. Es la devoción más arraigada en el pueblo, que lo venera con Fe inquebrantable desde hace casi cinco siglos, desde que los frailes franciscanos alentaran el fervor por Jesús con la Cruz a cuestas. Ya desde el siglo XVI se celebraba el llamado "Sermón de los Nazarenos", un simulacro relacionado con el episodio de la Sentencia a Cristo, que protagonizaban los propios frailes y algunos vecinos. Tras la representación, tenía lugar la procesión a la que acudían los hermanos con túnica, corona de espinas y cruz de madera al hombro. Desde tiempo inmemorial también se procedía a cunducir la imagen hasta el antiguo ejido de San Sebastián -zona en la que actualmente se levanta la iglesia de San Agustín-, donde por la mañana Jesús Nazareno bendecía con su brazo articulado y por tres veces campos y personas en un momento de íntimo recogimiento y respeto. Esta ceremonia continúa celebrándose en la actualidad, aunque el escenario se ha cambiado por la Glorieta de América, al final del Paseo de Linarejos.
En cualquier caso, antes y ahora, la multitud se agolpa ante Cristo Nazareno, Linares entero baja la cabeza, reza, llora, aclama a su imagen predilecta. Desde que aparece por la puerta de San Francisco entre las sombras de la madrugada hasta que regresa a su casa en el mediodía del Viernes Santo, una marea humana devota acompaña, cual Cirineo, al Señor de Linares.
Precisamente en los años de la II República que referíamos anteriormente, años de ausencia de las queridas imágenes de pasión por las calles linarenses, el diario "La Unión", en 1934, hacía una melancólica semblaza de la Semana Santa de la ciudad. De la Cofradía del Nazareno se podía leer: "Cuenta con mayor número de devotos que otras imágenes, prueba evidente de ello es que desde las cinco de la mañana hasta las doce dura el desfile por las calles. En la de Tetuán resulta imposible detenerse para presenciar el desfile sin disponerse permancer apretujado por los millares de personas".
NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO IMPARTIENDO LA BENDICIÓN
EN EL EJIDO DE SAN SEBASTIÁN. AÑO 1890.
No hay comentarios:
Publicar un comentario