martes, 10 de marzo de 2015

TIEMPO DE REFLEXION


LA CUARESMA 
TIEMPO DE REFLEXIÓN


"Conviértete y cree en el Evangelio", me dijeron el miércoles en el rito de la imposición de la Ceniza.

"Convertíos y creed en el Evangelio", nos diceJesucristo al final del Evangelio de San Marcos de este domingo.


La doble llamada es muy clara y no deja lugar a la duda. Este tiempo que comenzamos hace unos días es un tiempo privilegiado para dejar atrás todo aquello que nos impide ser buenos cristianos y potenciar lo que nos acerca a Dios.

Para marcarnos el camino Jesucristo se retiró 40 días al desierto, lejos del mundanal ruido y del ambiente de pecado que comentamos la semana pasada. 

Nosotros no podremos hacer tanto, inmersos en nuestra sociedad del ruido, en nuestros trabajos y quehaceres diarios, pero sí podremos buscarnos pequeños oasis donde practicar el ayuno (no solo el de carne, sino el que se nos ocurra y nos suponga un sacrificio), la limosna y la oración.

En el fondo y a pesar del cambio de escenario, la situación no será tan distinta a la del Maestro, ya que el evangelio de Marcos nos dice que al ser tentadoJesucristo en el desierto "vivía entre alimañas, y los ángeles le servían". 

Que también nosotros vivimos rodeados de alimañas en una jungla de cemento resulta a veces bastante evidente, de la misma manera que también encontramos ángeles=mensajeros de Dios que nos hacen la vida mucho más llevadera.


La cuaresma es, por lo tanto, un tiempo de combate, de "guerra" espiritual mucho más evidente y tangible para nuestros hermanos en la fe coptos, sirios y armenios que están siendo torturados y masacrados por el Estado Islámico ante la pasividad y la poca cobertura mediática de los gobiernos y los medios de comunicación europeos y occidentales, y en menor medida también por nuestro silencio cómplice. 

Mal va una sociedad esquizoide que se manifiesta multitudinariamente por el asesinato de seis dibujantes blasfemos y que mira hacia otro lado ante la misma acción sufrida por miles de cristianos anónimos.

Que Dios perdone a quienes en su nombre cometen tales atrocidades, y que dé fuerzas a quienes están pasando y aún tienen que pasar por el suplicio del martirio. 

En la foto, los 21 mártires egipcios que fueron asesinados esta semana en Egipto, quienes desgraciadamente no serán ni las únicas ni las últimas víctimas de la barbarie que para muchos solo tuvo lugar en París ignorando lo que ocurre a diario en el resto del mundo.

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