Hoy, un día especial
Cuando comienzas el día es muy efectivo
repetirte consignas e ideales para fortalecer los propósitos de tu
corazón. De esa manera logras que se fijen en tu interior, desde dónde
seguirán a lo largo de la jornada marcándote el camino de bondad y
fidelidad que tú has elegido. Aquí te ofrezco una buena síntesis de
excelentes decisiones.
Hoy invertiré el recurso más importante,
mi tiempo, en la obra más trascendental: mi vida. Cada minuto lo
realizaré apasionadamente para hacer de hoy un día diferente y único en
mi vida. Hoy opondré resistencia al pesimismo y conquistaré al mundo con
una sonrisa, con la actitud positiva de esperar siempre lo mejor. Hoy
haré de cada tarea ordinaria un expresión sublime, demostrando en cada
momento la grandeza de mi ser. Hoy tendré los pies en la tierra
comprendiendo la realidad y la mirada en las estrellas para inventar mi
porvenir. Hoy tendré tiempo de ser feliz y dejaré mi aroma y mi
presencia en el corazón de los demás convirtiendo cada una de mis
acciones en manifestaciones de bondad.
Responsabilidad, valor de las pequeñas
tareas, expresiones de bondad, superación del egoísmo, son líneas
maestras de un serio programa espiritual que ayuda a crecer y madurar
cada día. “Ser maduro es un aprendizaje que culmina cuando nos retiramos
de esta fiesta que es la vida”. El Señor te acompañe con su gracia.
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