INGREDIENTES: (para 4 personas)
- 1 Kg de níscalos
- 4 dientes de ajo
- 2 ramitas de perejil fresco
- Un chorrito de vino blanco
- Una puntita de cayena
- Aceite de oliva
- Sal
ELABORACIÓN:
Con la llegada del otoño podemos encontrar muchos alimentos de temporada como son las setas y hongos. Después de días de lluvia y sol las setas salen por muchos sitios, solo hay que saber muy bien cuáles son comestibles y cuáles no. No nos podemos arriesgar a coger setas sin saber si son venenosas.
El níscalo, mízcalo o rovellón, entre otros muchos nombres que recibe esta seta es muy característica del otoño. La podemos encontrar en zona de pinares, aunque no solo se ve rodeado de este tipo de árboles, en zonas húmedas y donde el sol no dé directamente, es decir, en zonas de umbría. Normalmente donde hay uno suelen haber más ejemplares, suelen encontrarse en parejas. Los podemos encontrar muy escondidos bajo ramas, al lado de piedras que le dan cierto grado de humedad y son más bien bajos, por lo que hay que tener mucha vista. Suele ser cara debido a la dificultad de su recolección.
COMO ES EL NÍSCALO
El níscalo es una seta de color anaranjado y de carne poco fibrosa, por lo que debemos tener cuidado al tratarla porque se rompe fácilmente.
Si le dañamos o Es muy usual comerlo en guisos con salsa, a la plancha, con arroz, al ajillo...etc., etc. sea como sea, le dan un toque muy especial a nuestros platos de temporada otoñal.
Ah! Y cuando vayáis a orinar no os asustéis por el color tan intenso que presenta la orina, es normal. Esto es debido a que un colorante natural que tiene el níscalo se elimina por el riñón una vez consumido.
ha pasado mucho tiempo desde su recolección se torna a un color verdoso por el efecto de la oxidación, pero siguen siendo comestibles.
¿Quieres probar unos níscalos al ajillo?
Limpiamos un kilo de níscalos. Una vez limpios de tierra los cortamos en trozos grandes y alargados. Reservamos.
Pelamos y troceamos unos 4 dientes de ajo y los echamos en una sartén junto con un chorrito de aceite de oliva. Una vez dorados añadimos los níscalos y 2 ramitas de perejil fresco bien lavado y picado. Removemos bien hasta dorar. Normalmente las setas suelen soltar un poco de agua al cocinar, echamos un chorrito de vino blanco y una puntita de cayena. La cantidad de esta dependerá de lo picante que nos guste. Salamos y removemos bien. Lo dejaremos a fuego medio-bajo hasta que la salsa se vuelva algo espesita, punto en el que sacamos, emplatamos y los comemos.
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