Señor dame la gracia de caminar esta cuaresma por la senda de una fe viva, operante y luminosa que me no permita iluminar todos los acontecimientos de mi vida con tu luz, y que me ayude a ser fiel y perseverante en mis propósitos de acompañarte en la Cruz con amor y generosidad.
Señor dame la gracia de renunciar por amor, a algo licito y placentero, para que este sacrificio sea el medio para reparar y purificarme de mis debilidades.